miércoles, 24 de junio de 2009

NOS VAMOS PARA ITALIA (cont. 5)


El día 31 de diciembre saliamos de Roma con destino a la ciudad de Florencia en donde tras el almuerzo visitaríamos una de las ciudades que personalmente más me gustaron.
Situada en torno al río Arno, es conocida mundialmente por haber sido la cuna donde se desarrolló el Renacimiento desde finales del siglo XIV en adelante. Es la ciudad del mundo que posee más obras pictóricas y arquitectónicas del Renacimiento. Su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1982.

Increible fue perderse por sus calles. En cualquier esquina te salía al paso un monumento, un palacio, un museo.
Y tras esta visita continuamos el viaje hacia Venecia, lugar esperado por muchos. Fué en la famosa ciudad de los canales, donde pasamos el Fin de Año.
A Venecia llegamos a última hora de la tarde y esa noche en el hotel donde yo me alojaba, situado en un pueblecito muy cercano llamado Monastier de Treviso, se realizaría la Fiesta de Fin de Año de todos los componentes de este viaje.

De la fiesta os puedo contar que había una orquesta bastante mediocre, pero mi hermano Miguel y varios más se subieron al escenario que habían montado y comenzaron a cantar. Los componentes de la orquesta, aburridos terminaron marchándose.
Un poco antes de las doce de la noche nos dirigimos a un comedor en donde nos pusieron un plato de lentejas y un trozo de bizcocho que es la tradición en Italia, aunque algunos pudimos comprar tambien uvas en algunos establecimientos que encontramos.
Tampoco sé cómo pero cuando el cansancio ya hizo mella en muchos y se fueron a dormir, varios de nosotros incluida yo, como no, conseguimos las llaves de sus habitaciones y entrábamos a despertarlos asustándolos.
Recuerdo que el recepcionista, cada vez que le pedia la copia de una llave, me miraba con una cara como diciendo: ¡que le pasará a ésta, que pierde todas las llaves!.

Por la mañana no podíamos con nuestro cuerpo, toda la noche de marcha y sin dormir más el cansancio acumulado del resto de los dias era ya mucho, pero había que ir a visitar Venecia que está situada sobre un conjunto de islas que se extiende en una laguna pantanosa en el mar Adriático, entre las desembocaduras de los ríos Po y Piave.
Venecia goza de una fama legendaria por su amplio patrimonio artístico y largo historial como referencia de la pintura europea. La riqueza de los poderosos de la ciudad, la Iglesia, los políticos y ciertos comerciantes permitió mantener un prolongado patrocinio sobre pintores, arquitectos y demás artistas.
En Venecia se encuentra uno de los coliseos de ópera más famosos del mundo, el teatro de La Fenice, que literalmente significa "Ave Fénix" y hace honor a su nombre, habiendo surgido de sus cenizas tras repetidos incendios, el último a finales del siglo XX. Fue lugar de estreno de algunas de las más famosas piezas del repertorio, entre ellas varias de Verdi.

Tras un paseo por sus calles, en góndolas o vapporetos nos dirigimos a la Basílica de San Marcos donde se ofició una misa.
Es el primer templo católico de la ciudad y una obra maestra de la influencia bizantina. Fue quemada en un motín en el año 975 y reconstruido en el siglo XI por arquitectos y obreros de Constantinopla. En una de sus esquinas se encuentran los Tetrarcas que proceden de Constantinopla y son del siglo IV.




Pero la ciudad de Venecia es famosa en todo el mundo por sus canales que componen un gran entramado a modo de calles que parten del Gran Canal, que es como una gran avenida por donde discurren multitud de embarcaciones, grandes y pequeñas, siendo estas últimas las conocidas góndolas. Son muy útiles los transportes colectivos o vaporetos. En la parte antigua del centro los únicos medios de desplazamiento son las embarcaciones y el caminar. entre sus puentes, de los mcuhos que la cruza, el más famoso es el Puente de los Suspiros que une el Palacio Ducal con las Prisiones estatales.




A media tarde salíamos de Venecia con rumbo a la última ciudad italiana que visitaríamos Génova. Pero eso os lo contaré en el siguiente capítulo

jueves, 4 de junio de 2009

PON UNA DENUNCIA














Antecedentes



Hace ya algunos días me acerqué como todos los meses al cajero del banco que tengo más cerca de casa para sacar el dinero que tengo que pagarle como sueldo a la señora que cuida a mi padre mientras yo trabajo. Esta operación la llevo realizando desde hace más de un año y nunca me pasó nada, hasta la fecha en que ocurrió lo siguiente:

Tal como salí del cajero y recorridos aproximadamente unos 200 metros, me dieron un tirón del bolso llevándose tanto el dinero como algunos objetos personales. En ese momento me quedé paralizada. No había nadie en la zona ya que es un lugar con bastantes árboles, donde aparcan los coches de los vecinos que allí habitan.

Rápidamente me dirigí un tanto nerviosa para mi casa, desde donde llamé al teléfono de atención al ciudadano, donde me atendieron muy bien y puse una denuncia, que había de ir a firmar en un plazo de 48 horas a la Comisaría de Policia más próxima a mi domicilio.
Al día siguiente por la mañana fuí a dicha comisaría, donde me leyeron la denuncia realizada por teléfono y me preguntaron si estaba de acuerdo con todo lo que yo afirmaba, la firmé y me entregaron una copia de la misma sellada. Me indicaron que si seguía adelante con la denuncia, me serviría para el trámite con ellos.

Y ahí pensé, que acabaría todo.


El presente


Pasados unos días recibí una llamada de un agente, para que acudiese a esa comisaría para corroborar unos datos conmigo a ser posible al día siguiente, a lo que no puse ninguna objeción.
Y allí me presenté a la hora acordada.

Al principio, el trato recibido por esta persona no estuvo mal. Me explicó todo el procedimiento hasta que llegó un momento en que también me dijo que de igual modo, podía ser una tonteria mia y que había puesto una denuncia falsa. Me comentó que habían mandado un patrullero a la zona y que no habían visto nada raro. - después de más de una hora dudo mucho que el presunto atracador estuviera aún por allí -.

Me dió a entender que si todo era mentira, yo pasaría ante un juez y pagaría una multa y no pasaría nada más. Y si seguía adelante y después se comprobaba que era falso podría pasar hasta 24 horas en los calabozos.

Parece de película, pero por lo visto es la táctica que tienen para que la persona que denuncia se venga abajo y diga la verdad, cosa que no fue mi caso pues en todo momento me mantuve serena y sin negar nada de lo que había indicado en mi denuncia. No estaba dispuesta a cambiar ni una sola palabra de mi declaración.

Hoy de nuevo me vuelven a llamar simplemente para indicarme que la denuncia a seguido su trámite y ahora solo me queda que esperar el día que me citen en el juzgado para declarar.

La verdad después de todo esto no se si merece la pena denunciar o mejor callar un robo.