lunes, 23 de febrero de 2009

NUEVO BLOG

Ayer nació dentro de nuestra blogosfera sevillana un nuevo blog, que está realizado por un grupo de jóvenes entre las que se encuentra una amiga de hace muchos años.

Trata sobre el equipo de Nervión, el SEVILLA F.C. y en él se admiten toda clase de elogios y críticas ¿por qué no?, eso si, dentro de una conversación amena y sin insultos.

Aquí os dejo su enlace por si quereis daros una vuelta por él.

http://puerta15.blogspot.com/

Adelante amigas, vosotras podeis.

miércoles, 18 de febrero de 2009

CARTA A MAMA


Querida mamá:
Hoy hace dos años que me dejaste, nos dejaste, pero para mi aún sigue siendo muy dura tu marcha y hoy te quiero contar toda tu historia o al menos parte de ella, de esa historia que vivimos juntas.

Todo comenzó hace ya algunos años cuando te llevamos a un neurólogo amigo de mi hermano Miguel y tras varias pruebas realizadas y alguna que otra consulta nos informó que tenías ya un principio de alzheimer, esa maldita enfermedad.

A partir de ahí, nuestra vida cambió, la tuya y la mía y comenzamos con un tratamiento, que según decían era bastante efectivo y la verdad es que lo fue durante unos años, tan solo algún que otro despiste pero nada de importancia, tu seguías llevando la casa como siempre y todas las tardes te ponías con tu costura, lo que más te gustaba.

Pero todo no fue de color de rosa y llegó el día que tu organismo ya no aceptó por más tiempo ese tratamiento, se volvió en contra tuya y todo lo que comías lo vomitabas, radicalmente te lo tuvieron que suprimir.

- Ya no había nada que hacer, solo luchar para que los días, los meses o los años que te quedaran de vida, fueran llevados y vividos de la mejor manera posible - y para ello estaba yo para hacerlo realidad -.

Gracias al Asistente Social del Centro de Salud aprendí mucho sobre esta enfermedad, sus etapas, las buenas y las malas, y a saber como proceder ante cada una de ellas,
pero tu no llegastes ni siquiera a pasar por todas.

Primero fueron las alucinaciones, cuando te llevaba a la cama para acostarte me quedaba contigo y mirabas desde tu cama hacia la terraza y recuerdo que me decías que había unos hombres poniendo escaleras en el bloque de enfrente para entrar a robar, yo te contestaba que no había nadie y que en nuestra casa nunca entrarían teniendo a Zeus, tu perro, ese, que nunca se separó de ti; recuerdo también que hablabas con tu madre, a esa abuela que no conocí y me quedaba a tu lado hasta que el sueño por fin te rendía.

Después de esas noches vinieron las que pasé en vela sentada junto a ti en el salón, - era increíble como te podías pasar hasta 48 horas sin dormir - y cuando por fin te llevaba a la cama, te ponía una baranda para que no te levantaras sola, así al menos te oía, pero te daba igual ¿lo recuerdas? la quitabas y ya de nuevo a empezar. En esa época tuve que pedir una excedencia en el trabajo para estar contigo las 24 horas del día hasta que encontrara a alguna persona que me sustituyera y estuviera contigo mientras yo cumplía con mi jornada laboral.

¡Qué de caídas no distes! y gracias a Dios que nunca te pasó nada grave. Hoy recuerdo la peor de todas, aquella que caíste y te distes en la frente con el rail metálico de la puerta de la terraza, me temblaron las piernas, pensé que te habías abierto la cabeza con aquel golpe y cuando por fin te pude levantar comprobé que tan solo tenías una pequeña herida en la frente y que ya te estaba saliendo un gran chichón.
Recuerdo también esa etapa en la que me llamabas y me decías: - ven, acercarte que te quiero dar un besito - y con paso lento me acercaba a ti, ya sabía que no era un beso lo que me darías sino un cachete y si lo conseguías te reias.


Por las mañanas mientras tu dormías yo me dedicaba a ir a los diferentes organismos de la Seguridad Social para intentar conseguir todas las ayudas posibles, pero, - no son tantas ni tan fáciles de conseguir como dicen - y lo primero era, lo más importante en esos momentos los pañales, aunque ya había comprado una caja grande en la farmacia, pero resultaban demasiados caros y si la Seguridad Social te los pasaba ¿por qué iba a dejar de pedirlos?
Unos meses después, cuando ya dejaste de comer alimentos sólidos tuve que pasar un nomtón de horas en el Hospital para conseguir que te recetarán la comida hospitalaria (batidos y papillas), las cremas para que tu cuerpo no se picara, ya que pasabas gran parte del día de la cama a un sillón y del sillón a la cama y lo más fácil de conseguir de todo, fue la silla de ruedas para poder desplazarte de un lugar a otro.

¿Te acuerdas cuando te arreglaba y te llevaba en tu silla de ruedas a dar un paseo? Te gustaba ver los jardines que hay en casa, las flores y cuando alguién nos paraba para hablar con nosotras, tu le decías - me voy que tengo prisa - y yo tenía que aguantar la risa.

Poco después te fuiste olvidando de quienes éramos y algunos días me preguntabas mirando a mi padre -¿ese hombre quién es, que lleva todo el día ahí sentado?- yo te contestaba que era tu marido, lo mirabas con una expresión un tanto rara y me decías que tu nunca te habías casado y las dos nos reíamos. Eso si, la risa nunca la perdiste y yo te contaba mil y una tontería, y como un niño pequeño, tú te reías y me decías -que niña más loca tengo -.

Sé, que de mi nunca te olvidaste, será porque estuve hasta el último momento a tu lado, te hablaba y te contaba mil y una cosas, te hacía reír, te daba de comer como a un bebé, te bañaba y muchas noches dormía contigo.

Poco a poco te fuiste consumiendo pero lo peor para mi, fue cuando dejaste de hablar, - ese silencio fue lo más duro de llevar día a día -, esa mirada perdida, ya no sabía lo que querías ni lo que pasaba por tu cabeza en esos momentos.

Todo iba demasiado deprisa y llegó la peor noche de mi vida, te pusiste bastante mal y llamé a los servicios de urgencias. Cuando llegaron tú estabas en la cama, te entubaron y ya no reaccionaste, habías entrado en coma y me comunicaron que te quedaban como mucho dos horas de vida, que no merecía ya la pena trasladarte al hospital en donde estarías sola, ya no había nada más que hacer, tan solo esperar.
Y para que no sufrieras nada te pusieron dos dosis de morfina; a las dos horas justas, ellos volvieron.
En esos momentos tuve que efectuar las seis llamadas telefónicas más amargas y duras que jamás haya realizado a mis hermanos pronunciando tan solo unas palabras
- veniros para acá, mamá se está muriendo -.

Un minuto antes de tu marcha, Zeus se puso como un loco a ladrar y a querer salir de la habitación en donde se encontraba, esa fue la señal inequívoca de tu marcha, dejastes de respirar, de sentir, de vivir.


Cumplimos con tu palabra, te incineramos y llevamos tus cenizas al laito de la Marisma muy cerquita de tu Virgen del Rocío, en donde reposas eternamente.



A partir de ese día, papá me decía cuando se levantaba por la mañana que habías estado a su lado hablando con él y yo le contestaba que era un sueño que creyó ser realidad y que mamá ya no estaba con nosotros. Pero llegó una noche en la cual me tuve que ir a dormir al salón, (sería ahora muy largo explicar el por qué de ello), y Zeus me acompañaba.
De pronto en mitad de la noche Zeus se puso muy nervioso, comenzó a llorar y sus lamentos me despertaron y entonces vi lo que sucedía. En el pasillo había una claridad como nunca he visto, todas las puertas que dan a él estaban cerradas y entonces comprendí que eras tú, venías solo a despedirte ya que no lo pudiste hacer en vida.
Desde aquél día papá dejó de verte en la noche, de escucharte, te habías ido definitivamente.

Hoy, ya han pasado dos años de tu marcha y cuando papá ya duerme y en el silencio de la noche, yo aún mamá, te sigo llorando.

Te quiero mamá

domingo, 15 de febrero de 2009

MARTA




Hoy toda Sevilla está de luto por el vil asesinato de Marta a manos de unos cobardes, de unos indeseables.
Esperemos que se haga justicia, y que esos dos asesinos no puedan ver jamás la luz del día.

Descansa en paz