lunes, 14 de diciembre de 2009

VALLADOLID (1ª parte)

En el viaje que realicé a Marruecos conocí a Carmen y Pilar, tía y sobrina vallisoletanas con las que hice bastante amistad y las cuales al finalizar el viaje me invitaron a pasar unos días en su casa, y yo, no me lo pensé dos veces, así pues en el puente de la Inmaculada preparé de nuevo mi maleta y me fui para Valladolid.





Salí de Sevilla en el AVE hasta Madrid y allí tomé otro tren que me llevaría hasta la estación Campo Grande de Valladolid, ni que decir tiene que el tren era tercermundista, los asientos de tablones de madera y te veías al resto del personal que lo ocupaban con sus bultos, sus bolsas enormes de compras, en definitiva todos muy a gusto menos yo, que ya no sabía como sentarme para ir lo mejor posible; gracias a Dios después de varias horas de trayecto llegamos a la estación en donde me esperaban ya mis dos amigas. Lo peor de este viaje fue el frío que pasé, nosotros no estamos acostumbrados a esas bajas temperaturas y me llevaba todo el día tiritando.

Dos veces serían las que viajaría hacia tierras de Castilla y León.

En este primer viaje lo dedicamos solo y exclusivamente a conocer toda la ciudad, sus monumentos, sus plazas, sus museos. Ellas serían mis guías y yo la forastera que mira asombrada todo lo que aparece a su alrededor. Sabían que volvería de nuevo y prefirieron dejar para mi segunda visita los pueblos más cercanos y otros sitios que ya os contaré; y tras dejar mi maleta en la casa de Carmen que fue donde me quedaría a dormir, salimos a dar la primera vuelta por la ciudad llegando hasta el Campo Grande en donde no me pude resistir de hacerle una fotografía a un fotógrafo.




Y tras nuestro paseo, como ya apretaba el hambre nos fuimos hasta la Plaza Mayor siendo esta una de las más grandes de España, en forma rectangular, donde sus soportales están ocupados por tiendas y bares, uno de ellos sería el elegido para almorzar; esta plaza es el principal sitio de encuentro de los vallisoletanos y desde donde parten diez calles. Su existencia data de mediados del siglo XIII en donde los distintos gremios se fueron instalando en torno a ella. La plaza fue destruida en su totalidad por un incendio en el año 1561 y fue Felipe II quién aprobó el nuevo proyecto de restauración.








Al término del almuerzo nos dirigimos hacia la Casa-Museo de Colón, de estilo gótico-isabelino ante la cual hay un jardín en el que figura una lápida con la leyenda "aquí murió Colón". Dentro de esta Casa-Museo cabe destacar los muebles de la época colombina, un gran mural con las rutas oceánicas de los cuatro viajes colombinos, vitrinas con diferentes piezas de las principales culturas indígenas, reproducciones de los navios descubridores, así como documentos y pinturas relativos a América.











Tras esta visita nos dirigimos de nuevo a casa de Carmen, hacía mucho frio para estar en la calle, la noche ya estaba cayendo y yo me encontraba un poco cansada de tantas horas de tren, mañana sería otro día.

4 comentarios:

Juan Duque Oliva dijo...

Y que frío hace allí, el teatro es impresionante

BEsos viajera

Juanma dijo...

Ay, qué alegría, cómo se echaban de menos tus viajes. No sabes cuánto me alegro. Sólo me ha llamado la atención lo del tren Madrid/Valladolid: ¿era acaso un regional?

Besos, mi querida madrina.

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Yo creía que ya no existían trenes tan antiguos, tengo que viajar más.
Enhorabuena por esta nueva aventura, ¡ea! a disfrutar.
Un beso

sevillana dijo...

Mi querido Luz de Gas frio allí? que va hombre, yo creo que si en algún momento me caigo paseando por esas tierras seguro que reboto de la de ropa que me ponia. Y sobre el teatro impresionante.
Besitos

Mi querido ahijado no se si el tren sería regional o no pero te puedo asegurar que lo que os cuento aquí es la pura verdad, nunca me había subido a un tren tan antiguo, de hecho la vuelta hasta Madrid la efectue en autobus
Besitos

Como le he dicho a Juanma No cegé ventaja, ¡miarma! esos trenes exiten y vaya si existen
Gracias por seguir ahí, Besos