En Villamanrique
El 2 de febrero se celebra el día de la Candelaria o Fiesta de la Luz, en muchas poblaciones de nuestro territorio y entre ellas destaca la que se realiza en la Aldea del Rocio.
Se celebra a los cuarenta días después de la Navidad. El Concilio Vaticano II restaura esta fiesta a su origen cristiano, celebrándose como la Presentación de Jesús en el templo y la purificación de María.
En el año 1959 la Hermandad del Rocio de Triana decide realizar un camino de invierno, saliendo desde Villamanrique a caballo hasta la Aldea.
La Hermandad Matrtiz de Almonte insta al resto de las Hermandades filiales para que participen y acudan a este acto. Serán muchas las Hermandades y personas anónimas las que se vayan uniendo a esta peregrinación en el transcurso de los años.
En la Santa Misa que se celebra el domingo los niños menores de 3 años serán presentados ante la Blanca Paloma.
Ese año emprendimos el camino hacia el Rocio para asistir a la Candelaria, saliendo bien temprano y con frio desde Villamanrique, algunos a caballo y el resto en una pequeña carriola tirada por un todoterreno o a pie.
Ya no recuerdo cuantas paradas hicimos en la Reya Real, para comer algo, tomar una copa o simplemente para echarse un cante y un baile.
Raya Real
Y llegamos a Palacio del Rey en donde nos encontramos con amigos de otras Hermandades y tras una nueva parada seguimos el camino para cruzar por primera vez, este año, el Puente del Ajolí, ya que dentro de muy poquitos meses volveríamos a cruzarlo en nuestro camimo al Rocio.
Palacio del Rey
Con un buen grupo de amigos, alquilamos una casa en la Aldea del Rocio por un periodo de un año, asi podríamos disponer de ella también en la Romería y cualquier día del año.
La casa era bastante grande, constaba de un salón con chimenea, una cocina grande, tres dormitorios todos con varias literas, un gran patio, dos baños y cuadra para cinco caballos.
Tras acudir a la Ermita y escuchar la Santa Misa pudimos presenciar la presentación de los niños ante la Virgen del Rocio; volvimos para la casa, en donde ya habíamos dejado a los caballos descansando, para organizar un poco todo y decidir las normas para una buena convivencia entre nosotros.
Después de la cena y descansar un rato acudimos a la vigilia en la Ermita, para mi era la primera vez que asistia a este acto y aunque el cansancio ya se hacía visible en mi cuerpo y sobre todo en mi rostro, estuve allí con todos mis hermanos rocieros.
Ni recuerdo como llegué de vuelta a la casa hasta que me despertaron a la mañana siguiente, - que aguante tienen algunos que estuvieron toda la noche sin dormir -.
Durante este año cada uno podía ir cuando quisiera sin tener que contar con los demás, en el friorifico siempre había que tener comida, eso si, enlatada y no perecedera y bebida y lo que uno gastara antes de marcharse lo tendría que reponer.
Pero era difícil encontrarte solo en la casa, ya que por lo general siempre que iba, ya se habían adelantado otros y estaban allí.
Ese año, también fue un buen Rocio
6 comentarios:
Genial, madrina...da gusto leer estas aventuras tuyas.
Muchos besitos.
No te pierdes una amiga, me alegro que así sea.
Aunque conozco la fiesta rociera de la candelaria, prefiero estar en Sevilla y visitar a mi Señora que en estos días está en los grandes.
Al final este año he estado nada más que el viernes y esta mañana que he estado un buen rato hablando con Ella.
Un beso.
Muy bien lo has dicho querido Juanma me meto en cada tinglao que ni te imaginas, pero de eso tambien hace ya algunos años.
Besitossssssss
También a mi No cogé ventaja,¡miarma! me gusta verla y estar ante Ella cualquier día del año cuando entras por su puerta y te encuentras que está sola.
Por cierto, ¿creo que conocerás a uno que está en una foto a solas en la Raya? Ese año se vino con nosotros.
Besos
¿Es Antonio Rivera? La verdad es que no lo reconozco bien, sin gafas y con la gorra no sé que decirte.
Adiós
Has acertado en quien es Rafael, el mismo Antonio que ese año se vino con nosotros.
Saludos
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